La falla del Talión
En la Ley 195 del Código
Hammurabi, está escrito que, si un hijo golpea a su padre, se le cortarán las
manos. En la Ley 196 está escrito que, si un hombre vacía el ojo de un hijo de
otro hombre libre, se le vaciará su ojo en retorno. La Ley 197 habla acerca de
quebrarle un hueso a al hombre que quiebre el hueso de otro. Incluso en la
Biblia se habla de un “ojo por ojo, diente por diente”, frase que se sigue
utilizando entre los padres. Desde el tiempo de los babilones hasta la
actualidad, la violencia ha sido una manera de combatir violencia, ya sea en
forma de guerra, castigos, prisión o simples golpes en el bar. Lo vemos en las
películas, las revistas, los libros y la televisión, pero por más normal que
pueda parecernos, no lo es. En realidad, no es normal herir al prójimo y menos
tomar esta forma como una solución a los problemas.
Se podrá argumentar que los balazos,
los submarinos y los aviones militares son los que lograron acabar con el
holocausto de Hitler o el conflicto en Vietnam. Se podrá decir que el realismo
introducido por Bismarck ha traído paz a nuestra era. Pero también se puede
decir que esto mismo causó alrededor de un millón de muertes civiles en
Japón durante la Segunda Guerra Mundial y ha causado 250,000 muertes en Siria desde el
2011. De igual forma, se puede decir que el conflicto de Hitler pudo haberse evitado si el Tratado de Versalles hubiese arreglado los verdaderos
conflictos, en vez de arrebatarle poder a un país hambriento. Se trata acerca de los conflictos que pudieron haber sido
solucionados de una manera diferente: pacífica, empática, inteligente. No de la
manera que nosotros, imitando a unos salvajes, hemos utilizado desde el principio de
nuestros días.
Parece que no aprendemos de
nuestros errores. Seguimos cayendo bajo el instinto salvaje y cruel de
lastimar a otros. Hasta el siglo XIX, no era una práctica común aterrorizar a civiles. Hoy
en día, se utiliza Sarín, un arma química, para asesinar a niños, mujeres y
ancianos en la localidad de Khan Sheikhoun. Se utiliza ignorar a los mismos ciudadanos,
quienes buscan refugio en las costas de Europa. Se utiliza ignorar la muerte de
11 civiles después de una explosión en un metro en Rusia. Al fin y al cabo, el fin justifica los medios, ¿verdad?
Los ciudadanos y los gobiernos
se engañan si realmente creen que lanzar bombas al Medio Oriente va a
solucionar problemas. “Destruir” el mal es una idea errónea, no se puede
destruir. Al intentar destruirlo, sólo causamos mayor sufrimiento y odio.
Causamos la indiferencia que hace que el pueblo gire la cabeza ante la noticia
de una explosión terrorista, como si fuera el bostezo de un extraño en el
metro. Seguro te preguntarás, ¿qué otra forma existe para solucionar estos
problemas? Y realmente, es una respuesta difícil. ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo
podemos evitar que el humano se ataque a sí mismo, que se destruya? Tal vez sea
encontrándose a sí mismo en los otros. Comprendiendo que somos una raza, no
varias. Somos una especie que no sobresale sobre las demás tanto como creemos.
Se trata de comprender el término paz, y no “tiempo”. Se trata de querer, de estar
interesado en nuestro futuro como especie. La única forma de alcanzar la paz es si estamos dispuestos a perdonar. ¿Qué será de nosotros si no tomamos conciencia de nuestra
naturaleza violenta y cambiamos nuestro camino? En lo personal, no me sorprendería
si termináramos atrapados entre el pasado y el presente, viendo los escombros y
las cenizas de lo que alguna vez fue un futuro prometedor.
Buena entrada. Perdón por el retraso en el comentario.
ResponderEliminarUna cosa ¿por qué dices: Se trata de comprender el término paz, y no “tiempo” ???
Saludos